Diferencias entre la comunicación humana y animal

La comunicación entendida como el proceso de señales que logra la interacción  comunicativa entre individuos de una o diferente especie es el punto de partida para el desarrollo y evolución de las especies en general.

Una vez sentada la definición de la comunicación, nos concentraremos en señalar las diferencias reconocidas y aplicadas que se hallan en la interacción comunicativa entre las especies humanas y animales.

Las diferencias reconocidas que se encuentran en estas especies pudieran por instantes crear incertidumbre, puesto que los aspectos que se evalúan para establecer estas divergencias parten del comportamiento similar en que ambas especies se comunican, ya que tanto la especie humana como la animal utilizan señales basadas en los sentidos.

En este aspecto, encontramos la complejidad del comportamiento lingüístico por parte de los humanos. Tales comportamientos se nutren y se crean a través de códigos y signos de los cuales carece la especie animal, pues los animales no tienen una lengua; en defecto, aunque se pudiera creer que los sonidos emitidos por ellos actúan como un tipo de lengua acústica, difícilmente, los animales crearían a partir de ese mismo sonido una nueva señal de comunicación debido a su incapacidad de razonar. Además, se debe considerar que los sonidos emitidos por los animales varían y se limitan según la clasificación de los grupos en los que están distribuidos.

Ejemplo de esta discrepancia lingüística es la manera en que los humanos se comunican cuando se encuentran en una situación de peligro, la cual abarca desde señales instintivas hasta señales inventivas racionalmente. En cambio, los animales simplemente pudieran implicar sólo señales instintivas.

Otro aspecto que diferencia la especie humana de la animal  es el uso de señales paralingüísticas existentes únicamente en los humanos. Sin embargo, los animales poseen una comunicación innata a diferencia de los humanos, quienes necesitan escucharla y repetirla para poder aprenderla.

En este sentido podemos resaltar la investigación adelantada por Daniel Romero en el estudio de la comunicación de los delfines.

La investigación  se baso en diferenciar y relacionar los silbidos emitidos entre distintas especies de delfines con respecto al comportamiento de la relación  intraespecifica. En este estudio se comprobó que los silbidos no forman parte de las señales aleatorias para la comunicación; resultado que  certifica que los animales no pueden reinventar un sonido, sino que están condicionados y limitados a un tipo de comunicación inmutable.

Por otra parte, estos estudios proyectan  la comunicación de los delfines como una actividad social  entre individuos de diferentes especies, pues la intensidad de los silbidos efectuados por  los delfines varía cuando se hallan en presencia de la especie humana.

 Finalmente, no podemos soslayar que la comunicación entre los animales, en este caso, la de los delfines es un factor de indagación interesante para establecer parámetros de semejanza que empleen el comportamiento  acústico táctil y visual  de estos animales cómo punto de partida para la posible imitación de tales comportamientos  que nos aproximen a entender y construir un nuevo sistema de comunicación  por parte de los humanos.                                                         

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                                                                                       Foto archivo

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